sábado, 28 de mayo de 2016

Fuguet. El eterno adolescente soy yo.

Hoy por hoy leer Fuguet es también sinónimo de salir del closet. Como si por ser un hombre heterosexual estuviera prohibido leer autores gay, o peor, derechamente mujeres. ¿Porque no pasa lo mismo con Lemebel? Si voy leyendo a Lemebel en el metro es muy probable que no gane ninguna mirada acusadora, pero tampoco me voy a ganar miradas cómplices o coquetas. Si voy leyendo “Sudor” de cada 10 miradas que me llevo 5 son de vergüenza ajena, 2 de asco, 2 de rabia y la restante es una mirada coquetona y, seamos honestos, ego es ego. No me importa de quien viene la mirada. Yo sé quién soy, y el ego igual sube como la espuma.



Primer encuentro.

Abril 1993.

       Corrían los primeros meses de 1993.  Partía mi aventura en la enseñanza media en el primero “B” del colegio Exclesior de Santiago (siempre fui en el Excelsior así que no es la gran cosa). Los dos años anteriores me los había pasado tratando de cambiar, mejor dicho de esconder, mi apariencia Nerd.  Fracase.
       
          Estaba totalmente decidido a que mi paso por la enseñanza media fuera más cercano a Zack Morris que a Screech los personajes de Saved by the bell. Sin pensarlo me convertí en otra cosa, como diría Cantinflas no fui "ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario".
    
        Me transforme en un animal de biblioteca. Pasaba la mayor parte de mi tiempo leyendo, durmiendo, soñando, escondiéndome de las clases de educación física, realmente escondiéndome de todo.

             Fue en ese contexto y casualmente que leí a Fuguet por primera vez.
     
        Antes de ese punto solo había leído la lectura obligatoria, Papelucho, muchos comic y todo, o casi todo, Julio Verne. También llevaba un tiempo leyendo diariamente La Tercera y Las ultimas noticias (muy distintas a lo que son hoy) y en especial y con una devoción que rayaba en lo religioso, un suplemento que salía los viernes en el Mercurio; La zona de contacto.
      
      Alejandro Lira. Profesor de historia devenido en bibliotecario me recomendó que leyera una antología de cuentos que estaba recién llegada. Su titulo Cuentos con Walkman.

          Uno de los antólogos era un tal Alejandro Fuguet. Los cuentos estaban sacados de la Zona de contacto y muchos de los que firmaban eran  participantes de los talleres literarios que el suplemento realizo.
        
           Éxtasis.

        En tres días ya había leído cuentos… y cargaba en mi mochila la novela “Mala  Onda” y otro libro de cuentos de Fuguet, “Sobredosis”.

         Uno de los mejores personajes de Mala Onda, es el “gran Alejandro Paz de Chile”. ¿Porqué creo que es uno de los mejores? Bueno uno de mis mejores amigos de ese entonces y hasta el día de hoy es Eugenio Ariel Paz y, como es lógico, para mí se transformó casi inmediatamente en el “Gran Ariel Paz de Chile”.

          Lo de sobredosis es tragicómico. Hace una año más o menos en un posteo en Facebook en el que recordaba los noventas y a Fuguet, un ex compañero de la enseñanza media, que hoy alcanza el éxito como profesor titular de letras en la PUC, comento que fue acusado del robo de una de las copias de Sobredosis de la Biblioteca del Excelsior. Lo confesé ese día y lo vuelvo hacer hoy. Yo tengo dicha copia. Se la preste a mi hija mayor. La leyó. No pienso devolverla. La multa debe ser muy alta.

Segundo encuentro.

1996 o 97. No recuerdo el mes.

           Ya no tenía acceso a la biblioteca del escolar. Había leído toda la obra de Fuguet, que para ese entonces no era muy amplia. Me vi obligado a comprar “Tinta Roja” fue el primer libro que compre con mi propio dinero.

          Solo recuerdo que era otoño pero hacia un frío de invierno. Fuguet iría a firmar su obra a Maipú (es posible). El lugar elegido no era la Biblioteca municipal, algún colegio, o la casa de la cultura. No. Las firmas las iba hacer en el Blockbuster de pajaritos ( hoy me parece tan obvio). Paradero 21 y medio a dos cuadras de la plaza, la pileta y su árbol de más de 200 años.

            Llegue antes porque pensé que él podía llegar temprano. La verdad es que llegue adelantado porque justo a la hora que Fuguet iba a estar firmando me tenía que juntar con Carla (Algunos nombres han sido cambiado para proteger la identidad de los verdaderos protagonistas), quien por aquel entonces era el objeto de todos mis afectos. 

         Le deje mi copia de Tinta roja a la jefa de local del Blockbuster, la que por cierto pude haber convertido también el objeto de mi afecto. Al día siguiente fui a buscar mi libro firmado.

             Nunca voy a saber si Fuguet firmo ese libro, o si lo hizo algún jovencito de no más de veinte años que creía que por trabajar en un vídeo club terminaría convertido en productor, director o guionista de sus propias películas. ¿Dónde leí algo así?

            Ahora, si Fuguet realmente firmo ese libro, nunca sabré como fue nuestro encuentro. Le habré dicho – hola he leído todo lo que has escrito- o me quede mudo sin decir palabra. Quizá le hubiese pasado una hoja con uno de los cuentos que por ese entonces escribía (cuentos que eran tan o más malos que las miserables entradas de este blog tardío) él lo hubiese leído. Se hubiese enamorado de mi inocencia y mi look que por ese entonces era “Britpop” pero de la clase más obrera de Manchester. Yo no lo hubiese correspondido, y me odiaría y ahora yo sería Renzo.  Quizás me hubiese mirado asqueado y yo habría pensado "que se cree este roto tirado a cuico" y nunca más hubiese leído un libro suyo y mucho menos visto una de sus películas. Bueno no lo sé. Solo sé, que no sé, si la firma en mi copia de Tinta Roja es suya. Nunca lo voy a saber. Perdí dicha copia.

Decepción 1.

Año 2001.

               Estudiaba periodismo en la Academia de Humanismo cristiano. Lo voy hacer fácil. El solo decir Fuguet era igual al destierro. Odio, envidia, que se yo. Por un año, mismo año que duro mi aventura en esa carrera y universidad, lo borre totalmente de mis autores (que no eran muchos), mis recuerdos, de todo. Más adelante me di cuenta que era así en casi todos lados. El intelectual lo detesta. El red set lo encuentra cuico. La crítica lo acusa de banal,  agringado, vendido, falso y mucho más.

              La verdad es que es probable que Fuguet sea todo eso y más. Pero una cosa no es; No es engrupido, y no existe nada peor que un autor que crea que su obra es más importante que la vida misma y que con su prosa va cambiar la literatura, el arte, el mundo, todo.

Decepción 2.

         Deje claro que leer Fuguet era el exilio en las universidades privadas de izquierda (si, así como lo lee. Exilio, universidades privadas e izquierda en la misma frase) ademas es acusarse de ligth, poco culto, banal. Hoy por hoy leer Fuguet es también sinónimo de salir del closet. Como si por ser un hombre heterosexual estuviera prohibido leer autores gay, o peor, derechamente mujeres. ¿Porque no pasa lo mismo con Lemebel? Si voy leyendo a Lemebel en el metro es muy probable que no gane ninguna mirada acusadora, pero tampoco me voy a ganar miradas cómplices o coquetas. Si voy leyendo “Sudor” de cada 10 miradas que me llevo 5 son de vergüenza ajena, 2 de asco, 2 de rabia y la restante es una mirada coquetona y, seamos honestos,  ego es ego. No me importa de quien viene la mirada. Yo sé quién soy y el ego igual sube como la espuma.

        Descubrí esto en una micro enana en el litoral central hace como 15 años. Con mi grupo de amigos de aquel entonces nos fuimos a Loncura a filmar un corto. Loncura es una playa asquerosa y, filmar un corto, es una frese demasiado pretenciosa.

           Le robaba unas pulseras de Acrílico muy retro para esos días a mi amiga Andy (si. Es Andy como amigo, pero es amiga) se las quitaba me las ponía y le decía casi gritando que una lesbiana no podía usar pulseras tan bonitas. La Andy no es lesbiana y yo no soy gay, pero las miradas que nos ganábamos con eso juegos ridículos llenaban el ego de atención.

          Tengo amigos que se sienten asqueados si un hombre los mira mucho. Yo no. Si alguien me ve porque me encuentra lindo, bello, atractivo deseable o incluso feo, asqueroso, cerdo, infumable, no es que no me importe, pero claramente no va cambiar la percepción que yo tengo sobre mi persona. Y no me vengan con cuentos. Es rico sentirse deseado, admirado, valorado. Te da una sensación de poder.

              Ya. Pero estoy divagando y desviándome mucho del título de la entrada.

           Leer a Fuguet es para la gran mayoría, dárselas de culto cuando solo estás leyendo cultura pop y basura (existe algo más importante que la cultura pop). En otras palabras leer a Fuguet es ser engrupido. La único de la que yo lo absuelvo.

            La cosa es que yo si me engrupí. Después de Missing (una investigación) no lo leí más. Estudiaba Bibliotecología. Como va ser posible que un culto bibliotecario lea a Fuguet. La lapida la puso Aeropuertos. No pude pasar de la página 12.


El imperio contraataca.

         En mi último semestre de técnico en bibliotecología (dejémoslo claro para que no salte el colegio de bibliotecarios) en la cátedra de literatura teníamos que hacer un ensayo y una exposición de algún autor iberoamericano. Trabajo grupal. Antes que me lo pregunten debo decir que este tipos de trabajos son los que se hacen hoy en la educación superior en Chile y claramente eso explica muchas cosas.

       Propuse Fuguet. Antes que terminara de decir Alberto ya mis compañeritos lo habían desechado. Mi profesora era una veinteañera hipster artesa recién titulada de Literatura de la Chile. Busque en ella el apoyo para enfrentar a mis compañeros pero la humillación fue peor.

         Mientras todo el grupo curso preparaba material del Vargas Llosa, Sabato, García Lorca, Rulfo etc. Autores notables por si mismos, para que seguir hablando de ellos. Yo preparaba mi contraataque. Les preste a mis compañeros, de mi colección personal, un par de libros de un tal Ray Loriga, autor que mi súper profesora de literatura ignoraba.

      En fin. En este lado del mundo es casi imposible no hablar de Loriga y terminar hablando de Fuguet. Fue la exposición más discutida. Por el desconocimiento de Loriga, por lo prejuicios de la Mayoría, por un compañerito que comparo a Loriga y Fuguet con la generación Beat pero rasca (así lo definió el) hablamos de cine, cultura pop, realismo mágico, Andrés Caicedo, escritores malditos y malditos escritores, suicidio, vida, y muchas otras cosas, tantas que puede ser que invente la mitad solo porque deseaba que fuera así.

Redención.

Mayo 2016.

          Como cada medio día al llegar a mi puesto de trabajo como asistente en la Biblioteca del campus San Joaquín de la PUC, abrí mi correo institucional. Mi reserva de “Sudor” de Alberto Fuguet ya había llegado.

          Bajé al mesón de préstamo y se lo pedí a mi colega Alondra.

          Alondra es una chica divertida pero algo extraña. Sabe de todo un poco, pero a la vez no sabe mucho de ninguna cosas. Una vez me buscaba urgente, por toda la biblioteca y el campus, para preguntarme si Star wars se dividía por capítulos, volumen o episodios. Hoy cuando me presto el libro tuvimos una pequeña conversación:

-Tienes dos préstamos vencidos…
-Sorry Alondra. Cambiales la fecha y préstame el libro.
-¿Y qué pediste?
- ….
-Así que Fuguet.
-Si. Es que – mi cara se descompuso y me entraron todas las excusas que inventen en la Academia de humanismo cristiano para justificar  que leía a Fuguet- quería leer algo livian…
-Tranquilo. No tienes que explicarme nada. Eres un chico noventero.
- ….
-Yo también lo soy.
-¿un chico o noventero? – Mi sentido del humor ridículo y torpe- te estoy leseando.
-Jajajajaja noventera po. ¿Supongo que leías la Zona?
-¿De contacto? Por supuesto. Todavía tengo algunas guardadas entre mis recuerdos.
-Mi mamá me las boto todas. Buenos recuerdos de  Fuguet. Después me cuentas como es.
                                                   -Te lo aseguro. Chica noventera.

         Me despedí y Salí con la sensación de que no estaba del todo solo. Que en los extraños o aburridos años noventa, muchos sentimos que un tipo que de seguro no quería ser la voz de una generación se había convertido en el idioma de la misma.

          Es verdad que para muchos Fuguet es un autor menor. Acusado de escribir siempre lo mismo. De repetir una y otra vez la vida de Matías Vicuña. De ser un eterno adolescente.

         Cuando bordeas los 40 te comienzas a sentir chato, vacío, incompleto. Un día quieres dejarlo todo; al rato quieres permanecer inmóvil, estático, quieto, por siempre. Sientes que vas a explotar. EL trabajo, deudas, hijos, responsabilidades, enfermedades etc. Estas cansado. Vas a colapsar. Te sube la presión, engordas, ya no te queda la ropa que amas. Cambias Zara por el líder y te compras parcas North face “alternativas” (eufemismo de pirata) en el persa.

          Pero como para todo en la vida existen dos caminos. Puedes huir y dejar todo atrás con todo lo que ese acarrea y puede o no llegar a doler. O puedes buscar válvulas de escape.

         Por eso una lee, va al cine, ve series, se subscribe a netflix, te compras ropa, sales a caminar solo por el centro, Providencia, Lastarria. Vas al GAM, al centro cultural palacio de la  Moneda. Te sientes un poco niño, adolescente, con ganas otra vez. Son válvulas, mis válvulas de escape, y aunque si leyera esto lo odiaría, Fuguet es una de mis más queridas escapatorias.

          Me conecta con la adolescencia, el colegio, los amigos. Con Paz, Opazo la Andy y muchos mas. Me saca. Me borra. Me evade. Funciona como una droga, es más, ahora que se me acabo el antidepresivo, “sudor” lo ha reemplazado muy bien.

           ¿Es tonto todo esto? Si. ¿Ridículo? Claramente. ¿Mediocre? Porque no.

          Es mi problema. Mi manera. Algunos son infieles, tiran unos con otros y otras,  fuman hierba, hacen running, etc. Yo leo Fuguet. Puede ser tonto, pero es lo que es. Fue mi adolescencia, mis fracasos y mi adultez. Ustedes pueden seguir sintiéndose más cultos. Mejores. Por mi parte yo seré feliz leyendo como que tengo 15 años.

          Ayer me llego un nuevo correo. La copia de "sudor" ha sido reservada por otro usuario. Tengo hasta el seis de junio. ¿sera otro noventero?






sábado, 14 de mayo de 2016

Como me molesta.

  

     Como me molesta la gente que critica a alguien por redes sociales, pero no tiene el valor para ponerle @ que tiran ofensas al viento sin ser capaces de decir "Es para ti". Como me molesta la gente que hace lo que estoy haciendo en este mensaje.


     Como me molestan los que publican "facebook no es para ventilar tus problemas". Yo creo que tampoco es para aburrir con mentiras sobre vidas perfectas que sabemos que no son reales. Pero yo no digo nada sobre eso (hasta hoy).


     Como me molestan los que invitan a parar el hambre en África con un like. Los que creen que la cura del cáncer esta en un post, los que no leen las noticias que comparten y alarman con crisis y secuestros que sucedieron hace dos años muy lejos de aquí. Los que no conocen a quien los representan y suben la foto de una diputada Venezolana con sus pies sobre la silla como si fuera Chilena.


     Como me molestan los que creen en "Paul Walker esta vivo y esta fue la razón para fingir su muerte" o que los Minions eran niños con los que experimentaron los Nazi o que Chespirito hizo pacto con el demonio o tantas cosas mas.


      Como me molestan los que creen que se ganaran un Jeep, una moto, una casa o cualquier otra cosa compartiendo un foto, un estado o "Dándole me gusta a mi fan page".


      Pero por sobre todas las cosas, como me molestan los que creen absolutamente en todo lo que leen en la web y, lo certifican como real, porque "Salio en Internet". Mejor seamos ciento por ciento honestos, los que creen que todo lo que ven a la rápida en internet es verdad, por que ni siquiera se dan tiempo de leer, y como no leen van a querer entender que esta entrada es la de un tipo amargado y furioso cuando solo es la divagación de un alguien que se esta divirtiendo y que muy seguramente hace en sus redes sociales las mismas cosas que le molestan de todos los demás.


       En fin siempre, peros siempre, es mas fácil ver la paja en el ojo ajeno que la biga en el propio ojo.


( ufffff como me molestan los que citan textos bíblicos como si fueran mensajes de auto ayuda jajajaja)

miércoles, 11 de mayo de 2016

Leyendo a Murakami






     Creo que me viste en el bus. La verdad no lo sé. Te hice señas. Yo viajaba solo, leyendo a Murakami. Te hice más señas. 

     Estabas con tu novio. Deje de hacerte señas porque pensé que a mí no me gustaría que me interrumpieran al estar con mi novia. Bueno ya no estoy en esa etapa y, la verdad, a veces pienso si no hubiese sido mejor que me interrumpieran, que me rescataran, que alguien dejara atrás su lectura para venir en mi auxilio. No importa si era una mujer, un hombre o un gato, pero que viniera por mí y me despertara del letargo en que se suele convertir una relación formal. 

     La cosa es que no soy un héroe, además quien soy yo para ayudarte a salir de un lugar en el que tú misma decidiste entrar. 

     Ahora que pasaron los años pienso que todo es mejor así. Tú con tu novio en un bus hablando y mirándose a los ojos como enfermos, buscando en el otro algo que solo pueden encontrar dentro de si mismos. Yo por mi parte sigo aletargado, nadie llego a mi rescate ni yo junte el valor para escaparme, y no me arrepiento, después de todo soy lo que la gente llama "Un tipo feliz" aunque creo que me sigue faltando el gato. Es por eso que deje de hacerte señas y seguí leyendo a Murakami. 

      Si debo ser honesto tampoco es que fueron grandes señas. No hubo llamados, gritos, saltos, sólo una mirada y levantar la ceja, nada muy llamativo. 

     También es verdad que no conozco a tu novio. Recordaras que me cuesta hablar con gente que no conozco, es más, me es difícil hablar con la que conozco. Aunque supongo que si es tu novio debe ser un tipo interesante. Debe ser de esos que escucha The Stone Roses que no usa redes sociales y que lee Bukowski con devoción. A mí me gusta mucho Factótum pero por ahora sigo leyendo Murakami.



     Llegó la hora de bajar. Al ponerme de pie veo que llevas una bolsa con un gran paquete envuelto en papel de regalo. Saco cuentas mentales y recuerdo que hoy es tu cumpleaños. Eso explica las miradas, las sonrisas, todo. No creo que necesites un rescate, todos sonríen mas el día de su cumpleaños y, como dije, yo no tuve el mío y aquí me tienes leyendo a Murakami.


 

martes, 10 de mayo de 2016

Civil War o la humanidad del super hombre con poco muy poco de guerra.


El Capitán América del MCU es un personaje lleno de contradicciones un fiel representante de la nación que simboliza. Los Estados Unidos son el país de la libertad pero es una nación que no teme en vigilar a sus ciudadanos cuartando las mismas. El Capitán Rogers no quiere que instituciones con agenda propia como la ONU lo supervisen, pero cuando él tiene su propia agenda (encontrar al soldado de invierno) la pone por sobre todo, incluido su propio bienestar. 


     El año pasado vi Avengers, Age of Ultron en la función de media noche del miércoles antes del estreno en Chile que a su vez fue una semana antes que en el resto de américa latina que además fue una semana antes que en Estados Unidos. Salí eufórico del cine por haber sido uno de los primeros y escribí en Facebook para luego compartir un pantallazo en Instagram que "AAOU" era, en lo que al género de acción se refiere, una de las mejores películas que había visto. La llegue a comparar con "El imperio contraataca" en su calidad de película puente. Luego de verla un par de veces más en el cine me di cuenta que me deje llevar totalmente por la emoción y que AAOU apenas aprueba y que es más una película entretenida para ver en la casa acostado cuando hace frío.
     Otra razón para esperar fue que quería que CACW se estrenara en USA y Europa (como si alguien fuera de mi muy reducido grupo de amigos fuera a leer esto). Nuevamente y por cosas de distribuidor se estrenó una semana antes en este lado del mundo, además y en mi muy pobre opinión, luego de dos semanas no hay spoiler. Finalmente lo tenía que hacer ahora para que no se me juntara con X-Men Apocalypse.
     No me voy a detener mucho en la trama del filme porque a esta altura dudo que alguien no la conozca y porque en esta película no es lo más relevante. Que la trama no sea lo importante en la segunda película del Capitán América firmada por los Russo no la hace una mala obra, muy por el contrario le enriquece. Aquí lo importante son los personajes y sus motivaciones. La o las historia son meras escusas para mostrar de que están hechos nuestros héroes, los que terminan siendo más débiles y humanos que nosotros mismos.
     Pero básicamente los vengadores persiguen a crossbones, lo atrapan pero en el intertanto Scarlet Witch para salvar la vida al Cap. genera una explosión que mata a un número mayor de civiles que mayoritariamente eran ciudadanos de Wakanda. Por esta razón los países agrupados en la ONU firman los acuerdos de sokovia, que son una manera de poner control y supervisión a los vengadores. Stark los quiere firmar, Rogers no y los demás toman partido. Mientras todo esto pasa se desarrolla otra historia que es la que mueve a los personajes.  
     CACW es una película de motivaciones no de motivos. Dan un poco lo mismo los hechos, lo importante aquí son las motivaciones de los personajes para responder a cualquiera cosa que suceda.
      Tony Stark aka Iron Man sigue teniendo las mismas motivaciones que durante todo su paso por el MCU (ya hablaremos del MCU) el ego. Aquí aparece más disfrazado de culpa, pero es el ego el gran motor de esa culpa. Stark siente que todo lo que ha pasado es su única y propia responsabilidad y los acuerdos son una manera de expiar sus miedos.
     Por otro lado el Capitán Rogers se muestra como un tipo solo. Acaba de enterrar a Sharon Carter la única conexión con su pasado a parte del Soldado de invierno. Ese pasado era una época de lealtades firmes, mismas que hoy ya no existen. El vio la traición en S.H.I.E.L.D. y a su mejor amigo ser víctima de esas traiciones al nivel de ponerlo frente a si mismo. Rogers no confía en las instituciones pero si en la gente. El capitán lleva en su uniforme las barras y las estrellas pero le da la espalda a esos símbolos para ser leal a su compañero. Para él es su gente antes que la bandera, aunque la pérdida de vidas por defender la bandera le parece un "Daño colateral".

     El Capitán América. del MCU es un personaje lleno de contradicciones un fiel representante de la nación que simboliza. Los Estados Unidos son el país de la libertad pero es una nación que no teme en vigilar a sus ciudadanos cuartando las mismas. El Capitán Rogers no quiere que instituciones con agenda propia como la ONU lo supervisen, pero cuando él tiene su propia agenda (encontrar al soldado de invierno) la pone por sobre todo, incluido su propio bienestar. 

         Los hermanos Russo construyen tan bien a sus personajes que por ejemplo, aunque no vemos nada de la historia de Spiderman, salimos del cine con la sensación de haber visto al Peter Parker definitivo. Un personaje , que empatiza con todos. Da lo mismo de donde salió, si Tony lo venía siguiendo de hace meses o no, si lo pico una araña radiactiva, si la tía May es muy joven etc. etc. etc. lo importante es que podría ser cualquiera de nosotros y por eso nos encantó. 
     

      Otro ejemplo es el Villano de turno. En este caso Helmut Zemo. Se ha dicho que los villanos que nos entrega Marvel/Disney son acartonados, básicos, tontos. Algunos pueden atribuir esto a que el muy buen Loki de Tom Hiddleston dejo la vara muy alta y que luego de eso ninguno está a su altura. Lo que hicieron los hermanos Russo y Daniel Bruhl con el personaje de Zemo se acerca un poco a ese Loki. Vemos inteligencia, rabia y odio. No es la fuerza de Zemo su arma, es su frialdad y su sed de venganza por la muerte de los suyos lo que le hacen un personaje de temer. Es verdad que el plan de Zemo nos puede parecer rebuscado pero no existe nada pueril en sus motivaciones. 
    En resumen CACW es una buena película. No creo que sea la mejor película del MCU (personalmente creo que Capitán américa el primer vengador es la mejor. cosa de gustos) pero está dentro de las mejores. Los nuevos personajes que nos presenta están súper bien logrados y le aportan peso y dinamismo al film. Ya hable de Spiderman y Black Panter está igual de espectacular. No se siente en ningún momento que estamos viendo los Vengadores 2.5, estamos ciento por ciento frente a una película del Capitán América. Como dije antes Zemo es un antagonista de temer y del que no hemos visto todo aún. Paul Rudd y su humor encajan perfecto en una película que a ratos parece sumergirse de lleno en el mundo del espionaje más que en el de los superhéroes.




¿Tiene fallas? Si, pero son fallos que tienen que ver más con la globalidad del MCU. No juega muy a favor del filme el saber que la mayoría de los personajes volverán a películas individuales o serán parte de Infinity War. Y aunque sea raro, el momento que más se disfruta en la sala de cine, el enfrentamiento entre los héroes, al analizarlo fuera de la emoción está muy lejos de ser una guerra. De eso podemos culpar a los multiversos de Marvel y a los fanboy que quieren una adaptación al pie de la letra. Y aunque ella es uno de los detonantes (literalmente) el presentar a Wanda como una niña desamparada en vez de como una de las mujeres más poderosas de la tierra también juega en contra. 
       Pero tiene muchas más cosas a su favor. Tiene respeto por sus personajes no los sumerge en pesadillas y sueños extraños como el de Thor en AAOU o Batman en BVS. No les da diálogos tan tristes como "Quien es Marta" o "soy amigo de su hijo" . Pueden decir que CACW no se la juega del todo o que no es una verdadera "Guerra civil" pero por lo menos no comete el error de tomarse más enserio de lo que realmente es y peor aún hacerlo cambiando el color por un tono sepia. Para finalizar he leído miles de comentarios en su mayoría de fanboy que critican a CACW porque no es igual al comics. Han pasado casi 10 años desde que vimos el primer Iron Man y todavía no entienden que este es otro universo Marvel, el MCU. No es el 616 ni el ultimate menos el noir, es otro, el MCU y fin del asunto. Si es mejor igual o peor esa es otra historia.









lunes, 9 de mayo de 2016

Metro

Hace unos días se perdió un avión en el atlántico. Sigue hay, quizá no.  
Hoy por la radio oí la historia de un tipo que no tomo el vuelo por que cambio sus boletos. Que maldita suerte. Pasar el resto de la vida sin saber si eres el merecedor de un regalo divino, o si por el contrario, Dios no te quiere cerca de él. Si algún día se cae el avión que debo tomar, lógicamente, no lo quiero perder.
El metro es uno de mis lugares favoritos. Desde niño he pasado días enteros hablando con los ojos. Es extraño, son un poco mas de las cinco de la tarde y el carro al que me subo esta prácticamente vacío.
Hay un tipo realmente feo en el vagón.  Seguro que gana más que yo. Solo hay cuatro personas sentadas, el prefiere permanecer de pie. Tiene aspecto de abogado. Viste un traje gris, listado y una corbata amarilla, Italiana, enorme. El nudo es tan grande que inmediatamente sobre este se ve su rostro. No existe la sombra de un cuello. Sus labios son como los de esos basquetbolistas de la NBA que aparecen de la nada en medio de la selva. Lleva el pelo corto, con una cresta, como los futbolista aspiracionales de hoy en día, y en su cara una cicatriz igual a la del Francés Ribery. En el fondo todos los hombres tenemos algo de futbolistas. Unos las mujeres, otros la facha y la plata, los menos el talento escondido bajo una enorme barriga.
Una chica muy hermosa se para frente a mi campo visual. El feo le da una mirada muy rápida y una expresión de dolor deforma a un mas su rostro. Hay mucha pena en sus ojos, esa que solo se ve en los ojos de los que han perdido.
Se abren las puertas. La chica desciende del vagón. El feo se sienta junto a mí. Sabe que lo he visto. Me saluda como si nos conociéramos. Me desencajo. Le pregunto la hora.
Definitivamente es abogado. Su reloj cuesta mas de lo que ganare en un año.
Son poco antes de las seis. No importa dentro del un carro del metro siempre es medio día.