martes, 29 de noviembre de 2016

Chapecoense y el triunfo final.

Hoy sucedió algo triste y horrible para los que amamos este deporte, algo que de sólo imaginar que sucediera en los clubes de los cuales somos hinchas se hace un nudo en la garganta. Hoy en algún momento del día nos hemos sentido desolados, preguntándonos porque la vida puede ser tan injusta y castigar a los que han luchado.


¿Es el fútbol el opio del pueblo? ¿exagero Albert Camus cuando dijo "Todo cuanto sé con mayor certeza sobre la moral y las obligaciones de los hombres, se lo debo al fútbol."?

Hoy sucedió algo triste y horrible para los que amamos este deporte, algo que de sólo imaginar que sucediera en los clubes de los cuales somos hinchas se hace un nudo en la garganta. Hoy en algún momento del día nos hemos sentido desolados, preguntándonos porque la vida puede ser tan injusta y castigar a los que han luchado.

Pero así es el fútbol. Ese deporte que ha sido denostado por intelectuales, ridiculizado por algunos que creen tener una superioridad moral e intelectual. Ese deporte es el que como dijo Camus, más se parece a la vida.

En la vida como en el fútbol no siempre gana el mejor, aveces o casi siempre el que tiene más plata, o derechamente el que hace trampa, que miente, que engaña que se lanza el piscinazo para engañar al juez y esperar la tarjeta roja al rival o el penal a favor. Camus también advirtió “Pronto aprendí que la pelota nunca viene hacia uno por donde uno espera que venga. Eso me ayudó mucho en la vida, sobre todo en las grandes ciudades, donde la gente no suele ser siempre lo que se dice derecha”. 
Pero aveces en el fútbol, como en la vida. uno más pequeño se levanta para demostrar que se puede, que el esfuerzo y sacrificio dan resultados, que el dinero no lo es todo, que hay que saber aprovechar una buena llave. Aveces cuando ese pequeño esta apunto de vencer al mundo la vida de golpe nos recuerda que ella es la dueña y que el camino nunca es fácil.

Pero hay está el fútbol para demostrar que por muy duro que sea el golpe, el futbolista, el futbolero, el hincha se levanta para volver a intentar una vez más ganarle a la vida, al Mundo.

Hoy todos, sin importar el valor de la plantilla el grosor de la billetera, si lo vive en la grada o por la televisión, todos nos unimos para decir Vamos, juegue, lo damos vuelta, de atrás pica el indio, lo ganamos como sea, todos, todos somos Chapecoense, por que pase lo que pase en una oficina de los poderosos, ganamos, gano la humanidad y la decencia, ganó el respeto en el momento en que Atlético Nacional, contrario a toda ambición cedió su corona a los que fueron derrotados por la muerte pero sin querer y el último minuto, como en el fútbol vencieron al egoísmo del mundo.

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